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Entidad 1: Presencia


Eran aproximadamente las 11.30 de una fría noche de invierno, donde la lluvia chocaba fuertemente contra techo y ventanas. Yo me encontraba solo frente a mi computador - como siempre - y nada hacía presagiar que esa noche lluviosa sería muy distinta a otras que he pasado en mi vida.
Decidí tomar un descanso y dejar mi computador de lado, me dirigí con rumbo al living donde le echaría un vistazo al fuego, todo estaba bien, es acogedor ver el fuego arder dentro de una chimenea, ver como las llamas bailan frente a tus ojos una sinfonía que solo ellas perciben. Lo alimente con un poco mas de leña a pesar de que no existía la necesidad de hacerlo, más bien solo por el hecho de estar ahí, descansando, mirando fijamente el fuego como ardía, realmente eso me relajaba, bueno en realidad eso es algo que aun me relaja. Estaba en eso cuando de repente quise mirar por la ventana, me levante y me acerque a ella, dentro de mi sabía que algo hoy no andaba bien, no era una noche común, ni una lluvia común… tenía algo, algo que no se podría explicar, pero solo una cosa era clara … nada bueno estaba por pasar.

Al mirar a través de la ventana pude ver que no había luna, la única luz que iluminaba la noche era la del foco que se encuentra en el centro de la parcela, ese foco que actúa como un campo protector de la oscuridad de la noche, esa luz que envuelve la parcela impidiendo que nos sintamos tan alejados de la civilización, tan alejados de la gente.
De un momento a otro todo se silenció, la lluvia dejo de caer y ahora todo era negro, se había cortado la luz. A mi la oscuridad no me asusta, no es una cosa que me tenga intranquilo, así que en mi interior dije “esperaré a que pase este apagón, no está mal descansar un momento”, pero la luz no llegaba. Mire hacia a fuera y todo se encontraba oscuro, una oscuridad que nuca había percibido, una oscuridad que me hacía sentir pequeño, de pronto pensé que tal vez sería problema de algún fusible, salí a revisar la caja pero al parecer todo andaba bien, ningún fusible parecía quemado. Bueno, ya no podía hacer nada, nada que estuviera a mi alcance, lo mejor era esperar a que se restableciera el servicio eléctrico. Entré todo mojado porque la lluvia había vuelto, escuche a mis perros gemir, al parecer el apagón también les había afectado, pero... ¿por qué?, si este no es el primer apagón de sus vidas… bueno quien sabe, tal vez es por la tormenta.
Entré a mi casa, todo estaba oscuro, no se veía nada, pero de todas formas la conozco como la palma de mi mano, fui por la linterna, pero no tenia las baterías cargadas… todo estaba mal, mis padres aun no llegaban y la luz menos, como si no bastara con eso debía terminar mi informe para el otro día. En fin, nada se podía hacer, esas cosas uno no las prevé, así que fui al dormitorio de mis padres ahí me tendí sobre la cama esperando que todo volviera a la normalidad, por una lado estaba feliz, eludía mis obligaciones y no por mi culpa, sino porque no se podían hacer y nada más, pero de repente cuando me encontraba disfrutando de la oscuridad y del sonido de la lluvia otro sonido afloró, algo distinto, era como pasos, pasos lentos que se venían acercando, pasos de pies cansados que venían por el pasillo, y yo solo los escuchaba, no me podía mover, tenía miedo, un miedo que nuca creí tener, un miedo de algo en lo que yo no creía, y los pasos se acercaban cada vez más, un sudor frío comenzó a bajar por mis mejillas y a la vez recorría mi espalda produciendo escalofríos, que bueno no sabía bien si eran producidos por el helado sudor que recorría mi cuerpo o por el pánico que sentía por algo que ni siquiera veía, algo que por el momento solo escuchaba. Los pasos se hacían cada vez mas y mas cercanos de pronto se encontraban muy cerca de la pieza donde yo me encontraba y ya dejarían de caminar por la fría cerámica para entrar al cálido piso de madera que poseen las habitaciones… de pronto este miedo se hizo realidad, ahora esta entidad que se acercaba … esto que no tenia una forma clara en mi cabeza ya estaba en la habitación, el sudor cubría todo mi cuerpo, los escalofríos pasaron a ser un tiritar incesante de mi cuerpo, no podía pronunciar ni una sola palabra … solamente movía los ojos para ver si podía observar a quien había entrado por la puerta, pero no veía nada, la oscuridad era tremenda, aunque estaba seguro de que con o sin luz vería lo mismo... nada.
Esto no se quedo mucho rato en el alero de la puerta, ahora empezaba a caminar por el lado contrario al que yo estaba de la cama, pero... ¿qué sucedía?, ¿cómo podía estar sintiendo esto?, muchas preguntas asaltaban mi cabeza, muchas preguntas pero a ninguna podía responder de una manera lógica, solo cosa incoherentes venían a mis pensamientos… ¿cómo podía estar pensando en que eso que me encontraba viviendo podía ser un suceso paranormal?, eso no existe!!! no existe!!!!, me respondía a mí mismo. En mi cabeza el debate era gigantesco, todo debía ser producto de mi imaginación, de mi estrés por tanto estudio en la universidad, por el apagón tan repentino, por cómo se comportaban mis perros … pero de pronto un ·NO" rotundo llenó mi cabeza, cuando de pronto la mitad de la cama que se encontraba vacía se hundió, tal cual como se hunde cuando alguien se acuesta, tal cual como cuando hay alguien a tu lado, pero en ese momento estaba solo, de eso estaba seguro, no tengo vecinos en kilómetros y las puertas estaban todas cerradas y aseguradas… pero que podía estar pasando, nuevamente mi cabeza llena de cosas que no podrían ser ciertas, fue entonces cuando me intente mover, ya no podía seguir con esto, pero aun mas grande fue mi sorpresa… ningún músculo de mi cuerpo reaccionaba, estaba encarcelado en él, me encontraba aprisionado dentro de una cárcel de carne y huesos… fue entonces cuando comienzo a tranquilizarme, ya no había nada que hacer, solo quedaba esperar, esperar a que esto en algún momento pasara, de repente escuche una respiración, una respiración agitada, una respiración fuerte, con algo de sollozos, una respiración de alguien que se queja, de alguien que sufre, y no era yo, era aquel ser que se encontraba al lado mío, aquel ser que en un principio solo me infundía pánico y que ahora este sentimiento pasaba a ser tristeza, pena, compasión. ¡¿Qué pasaba?! … todas mis emociones se encontraban confundidas, todos mis sentidos me fallaban, ¿esto sería un sueño?, no, un sueño no, una pesadilla, de la cual quería despertar a a toda costa, pero por más que intentaba era imposible. En ese momento pude escuchar algo más que una simple respiración, algo más parecido a una palabra, algo que sonaba como “solo quiero descansar”, eso proveniente de una voz lúgubre, una voz que confundía mis sentimientos, mis emociones, que me hacia tener miedo, lástima, curiosidad; si curiosidad, no sé por qué, pero ese fue el ultimo sentimiento que broto de pronto las luces de los focos de un auto iluminaron la habitación y tal como pensaba junto a mi no había nada, ni nadie. De pronto la cama dejo de estar hundida, tal y como pasa cuando quien está al lado tuyo acostado se levanta, y los pasos que en otro momento se acercaban cada vez más, ahora se alejaban, lenta y sigilosamente, hasta que al fin ya no las escuche mas, solo desaparecieron y la luz volvió, esa luz que tanto extrañé en algún momento, que tanto necesite. De a poco mis músculos comenzaron a reaccionar, y la cárcel que me mantenía en cautiverio al fin me soltó, ya podía moverme tranquilamente, y el auto que se encontraba afuera esperando que el portón electrónico funcionara al fin pudo entrar. Se detuvo fuera de la puerta de entrada, tres personas venían en el, mi madre, mi padre y mi hermano, fui corriendo y les abrí la puerta los salude con mucho cariño, no sabían ni imaginaban el gusto que me daba que estuvieran de vuelta, me preguntaron qué tal había estado… y yo con una sonrisa en mi rostro, como siempre les dije “si, todo bien”.

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