Sentado en el balcón de un
undécimo piso, a esa hora crucial en que el sol nos comienza a dejar, miro
atentamente como en el paisaje de enfrente pequeñas luciérnagas anaranjadas
aparecen destellando en la campiña que se plasma ante mis ojos, cuando creo que
es hora de la oscuridad, me doy cuenta que realmente esta ciudad no duerme.
@nicosilva_ / Nico Silva
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